Una pequeña isla al sur de Santiago, la isla Rábida o Isla Rábida como se conoce localmente, es una de las más variadas volcánicamente del archipiélago. La isla tiene pendientes pronunciadas y la mayor parte de la costa es rocosa a excepción de una playa en el lado noreste. Rábida es quizás mejor conocida por sus playas de arena roja. Varios pequeños cráteres volcánicos y la gran cantidad de hierro en la lava le dan a la isla su distintivo color rojo y su apariencia general.
A menudo se pueden encontrar iguanas marinas y leones marinos descansando a la sombra de las cuevas cercanas. Rabida es uno de los mejores lugares para observar pelícanos anidando, así como piqueros patas azules y piqueros de Nazca. Justo detrás de la playa hay una laguna salada donde se pueden ver patos pintail.
Hay un sendero interior corto, que es un lugar ideal para observar aves terrestres como pinzones, palomas de Galápagos, currucas amarillas y sinsontes, así como alguna que otra serpiente. Los cactus y los árboles de Palo Santo salpican el paisaje aquí. El esnórquel desde Rabida revelará un próspero ecosistema submarino de leones marinos, tortugas marinas, rayas águila, anguilas de jardín y ocasionalmente tiburones o pingüinos. También hay una pequeña colonia de lobos marinos que residen aquí, además de una colonia de pingüinos anidando. Dos veces en la década de 1970, el gobierno ecuatoriano intentó introducir cabras en la isla, aunque estos intentos no tuvieron éxito. Las cabras alteraron el entorno natural y provocaron la extinción de varias especies en la isla, incluidos los geckos y las iguanas terrestres.